La empresa instala tanques en las esquinas como respuesta al fallo judicial, mientras aumenta la factura en casi un 200% y los vecinos cuestionan la falta de respeto hacia el usuario.
En un hecho que muchos califican como un retroceso indignante, ABSA ha comenzado a instalar tanques y canillas comunitarias en diversas esquinas de Bragado, supuestamente como respuesta al fallo judicial que le exige garantizar agua potable a los vecinos. Sin embargo, esta “solución” ha generado una ola de críticas y denuncias por parte de los usuarios, quienes ven esto como una falta de respeto y una muestra de incapacidad por parte de la empresa.
Los vecinos denuncian que, tras haber incrementado el costo del servicio en casi un 200%, ABSA ahora pretende que los habitantes de la ciudad, incluidos adultos mayores y personas con movilidad reducida, se movilicen hasta estas canillas para abastecerse de agua potable. “¿Por qué debemos pagar por un servicio inexistente y, además, ser tratados como animales que van a buscar agua a un bebedero?”, cuestionaron indignados.
Corina Delettieres, quien lidera la acción colectiva contra ABSA, expresó su indignación: “Esto es una vergüenza absoluta. Ir a buscar agua a estos tanques bajo el calor sofocante es una verdadera involución. No estamos en África, pagamos tarifas exorbitantes por un servicio que la empresa simplemente no cumple”.
La instalación de estos tanques, además de no haber sido comunicada previamente a la Municipalidad, refuerza la sensación de abandono por parte de los vecinos. “El intendente debería estar tomando cartas en el asunto, porque esto afecta directamente a la gente que vive en su ciudad”, agregó Delettieres.
La falta de una solución concreta, como la construcción de la Planta de Ósmosis Inversa ordenada por la justicia, sigue siendo el núcleo del problema. “La empresa debe prestar el servicio y hacer las obras. Esto no es solo un problema de los vecinos que pedimos agua potable, sino un fracaso absoluto de quienes nos representan y permiten este atropello”, manifestó la referente.
La instalación de 50 canillas comunitarias en la ciudad no solo es insuficiente para atender las necesidades de la población, sino que también refleja una estrategia que muchos califican como un intento desesperado de cumplir con el fallo judicial sin realizar inversiones estructurales.
Mientras tanto, los vecinos de Bragado se preguntan hasta cuándo deberán tolerar este tipo de humillaciones. “El agua es un derecho básico, no un privilegio. No podemos aceptar que nos traten de esta manera”, concluyó Delettieres.
