Mateo es un joven que desde siempre fue amante a los deportes, como cuenta su madre, Lelia Perez, Mateo paso de club en club, probando varias actividades, primero natación, luego futbol, basquet y otros más.
Desafortunadamente tuvo que atravesar varias situaciones de bulling porque siempre fue un joven de contextura grande.
Lelia en su relato cuenta la contención que tuvo Mateo por parte de ella y Germán Pereira,papá de Mateo “un día cuando voy a buscar a mi hijo,al club,un compañero le dijo gordo cabezón pasame la pelota y en ese momento cuando lo miro me di cuenta de que no la estaba pasando bien, entonces le pregunte si quería seguir yendo,y me dijo que no”.
Lelia cuenta que su hijo conocía el Rugby por su sobrino Guido, Mateo comenzó y cuando volvió luego de su primer día entendió que era su lugar “ma, nos sacamos la remera y todos somos iguales, no hay diferencias, no hay insultos”. Así fue el comienzo de Mateo en el rugby,cuando tenía 10 años
Mucho de su rutina tenía que ver con el gimnasio y la alimentación, Lelia agregó “veia como Mateo empezó a crecer y hacerse cada vez más grande con nuestro apoyo de aca para allá”.
En el año 2017 lo convocaron para jugar en UROBA y salen segundos, en el 2018 Mateo juega el campeonato en Pergamino y ganan, cuando vuelve a Bragado no encontraban una categoría indicada para el, no tenía M16 O M18 y para jugar en la selección, debía pertenecer a algún club.
Lelia recuerda aquel día en el que se juega nuevamente el campeonato del Torneo Nacional de Desarrollo para menores de 16 años,y lo ganan “nosotros como padres nos vimos en la obligación de preguntarle si realmente le gustaba porque era mucho el esfuerzo de todos”, fue allí cuando notaron doblemente el trabajo de su hijo sobre su amado deporte.
Mateo viajaba a Junin, se tomaba el colectivo a las 8:00am y esperaba el horario del entrenamiento sentado en la terminal.
La pandemia hizo varios cambios sobre su rutina, nunca dejó el deporte, siempre estuvo en contacto virtualmente con una serie de profesionales dedicados a estos jóvenes amantes al rugby. Algunas charlas virtuales eran en familia, otras simplemente para él, otras para su madre que debía saber la manera correcta de alimentarse “aprendimos a cocinar juntos los verdaderos alimentos que su cuerpo necesitaba”.
El gran desafío de la pandemia para Mateo fue mantenerse en forma, fue por ello que German compro para su hijo un equipo de entrenamiento para colocarlo en su casa.
Siempre la lucha para Mateo era encontrar una categoría en nuestra ciudad, allí fue que comenzó la práctica en Chivilcoy hasta cumplir los 18 años que logró entrar en Rugby Banco Nación.
El abuelo Coco es mucho en esta historia y vamos a hacerle un apartado para remarcar que fue y vino de aca para allá por su nieto.
Este año fue la satisfacción de tanto esfuerzo, sus primeros encuentros en la casa PUMA se dio con gente conocida “eso me deja tranquila porque no esta solo”
El esfuezo del joven y su familia también tiene que ver con lo económico. Mateo además de estudiar y entrenar, es delivery “por suerte con sus ahorros se pudo comprar un buen par de botines, ya que calza un número difícil de conseguir, remera, short. Aca en Bragado no se consigue sencillamente(…)no recibimos ayuda económica, nos ayudamos entre nosotros mismos”.
Su pasión por el deporte pudo más, y la Topadora sigue triunfando, esta vez fue convocado por la UAR Juvenil, que se juega en Santa Fé.
